El proceso de
creación siempre comienza por la detección de un problema o
una necesidad, algo que echamos de menos, que nos permitiría
llevar una vida más agradable.
En la propuesta
de trabajo describimos claramente el objetivo de nuestro
proyecto y especificamos las condiciones iniciales que
deberá de cumplir el objeto que resolverá nuestro problema.
Algunos problemas
pueden ser resueltos con nuestros conocimientos e
imaginación. Otras veces se necesita recopilar información
que nos ayude a encontrar la solución idónea, a través de
preguntas a gente, observación de objetos o consulta libros
y revistas.
Esta fase se
denomina Diseño, y es la más creativa del proceso
tecnológico. La hemos dividido en tres sub-procesos para
comprenderla mejor:
1. Primero se determinan las características del objeto a
construir. Para ello primero se piensan posibles soluciones
al problema.
2. Luego se selecciona la idea más adecuada y
3. Por último se definen todos los detalles necesarios para
su construcción, todo esto con la ayuda de la expresión
gráfica de ideas (bocetos, croquis, planos, etc.)
En esta fase se
concretan las tareas y los medios necesarios para la
construcción del producto:
● Se definen de forma ordenada las
operaciones a realizar y
● Se seleccionan los materiales necesarios
● Se eligen las herramientas a utilizar.
Se
construye el objeto diseñado siguiendo el plan de actuación
previsto y respetando las normas de uso y seguridad en el
empleo de los materiales, herramientas y máquinas.
Se prueba
si el objeto construido responde a su finalidad y cumple las
condiciones inicialmente establecidas. En caso contrario se
buscan las causas y se vuelve a diseñar y construir el
objeto.
Objeto
construido y evaluado, que soluciona el problema o necesidad
planteada. |